lunes, 13 de octubre de 2008

ECONOMÍA

Reseña del “Discurso de Patxi López. Clausura de las jornadas de economía, industria, energía, i+d+i”; PSE-EE (PSOE); 19 – 20 septiembre; Bilbao

Comienza bien Patxi López su diagnóstico cuando señala que todas las economías desarrolladas de nuestro entorno se encuentran reflexionando a los efectos de solucionar la crisis que afecta la caída de los niveles de crecimiento alcista de los años anteriores, y que ocasiona el incremento del desempleo en el contexto de restricciones crediticias; que será de largo alcance debido a la crisis financiera e inmobiliaria. Sin embargo, en esta primera aproximación, no realiza ninguna referencia a la caída en la participación de la renta del trabajo en relación al PIB. Soluciona esta primera omisión más tarde, en el apartado “La evolución económica en los últimos años”, cuando recuerda que los datos macroeconómicos brillantes que el Gobierno Vasco suele exponer (Gráfico 1) ocultan realidades preocupantes sobre las que es necesario actuar, como el bajo crecimiento de nuestra población (Gráfico 2); por lo que al repartir nuestra riqueza entre menos personas resulta un PIB muya alto; y que hay un estancamiento de nuestra población activa (que crece 1 punto sobre los 10 del conjunto de España), lo que significa que los datos del paro son muy buenos porque hay menos población en disposición de trabajar.

GRÁFICO 1


GRÁFICO 2

FUENTE: GAZTEEN – Observatorio Vasco de la Juventud.

López nos invita a rehacer las cuentas y –tomando como referencia los 10 últimos años, 1998-2007- sostiene que el PIB de la economía vasca ha crecido en términos monetarios 17 puntos menos que el conjunto de la economía española: el 91% en Euskadi, frente al 108% en el conjunto del Estado; y el número de ocupados ha crecido un 18% menos en Euskadi (28%) que en el Estado (46%). Porque la diferencia se encuentra en el 11% en términos de población y del 9% en población activa.

Patxi López reconoce que en la actualidad, Euskadi posee una estructura industrial diferencial; que ha modernizado los sectores tradicionales como el de la siderurgia y el naval; que se encuentra en nuevos sectores con futuro como el aeronáutico, las biotecnologías y la industria eólica; que aspira a ser la sede de la Fuente Europea de Neutrones; y que, al fin, está construyendo la ‘Y’ Vasca: un tren de alta velocidad como infraestructura para cohesionar el país transformando el desplazamiento de las personas y mercancías entre las tres capitales vascas con otros puntos de España y Europa. Pero estos logros diferenciales se los atribuye a la colaboración y cooperación entre las instituciones centrales y vasca, a la iniciativa de una clase empresarial emprendedora y a la productividad de los trabajadores y trabajadoras de Euskadi. En definitiva, al pacto y al acuerdo entre diferentes y a un autogobierno potente y eficaz con instrumentos como el Concierto Económico.
Tras la idea fuerza de que EUSKADI PUEDE MÁS propone instrumentos para remontar esta crisis y transformar las estructuras productivas mediante la I+D+i.

En cuanto a la capacidad financiera para remontar la crisis, en el apartado “La política presupuestaria y el Concierto”, López nos habla de un superávit real de los presupuestos vascos de 3.000 millones de euros, que el Gobiernos Vasco y las Diputaciones utilizarían ahora en gestionar el Acuerdo Interinstitucional de Aceleración Económica, pero que hasta ahora no se han utilizado por provenir –fundamentalmente- del Concierto Económico, que ha dotado a Euskadi en los últimos 30 años de unos ingresos financieros que el Gobierno Vasco ha desaprovechado; y que seguirá haciéndolo con un Ibarretxe obsesionado sólo con sus proyectos particulares.

La “propuesta socioeconómica para Euskadi” que plantea Patxi López se basa en enfrentar la crisis a corto plazo y en utilizarla para transformar nuestra sociedad. A los efectos, propone en “Los ejes del nuevo modelo de desarrollo” seis actuaciones centrales:
1.- Estabilidad política, que contrapone a la confrontación constante impulsada por el actual Gobierno Vasco que solo genera inestabilidad y desconfianza en el mundo económico y empresarial;
2.- Diálogo Social y Corresponsabilidad, apuntalando las transformaciones en el Pacto Social entre Sindicatos y Empresarios como tradicionalmente ha impulsado la socialdemocracia, frente a la incapacidad del Gobierno Vasco para llevar a cabo ese diálogo, a pesar de los muchos instrumentos que posee para materializarlo; y haciendo responsables de sus ausencias a los sindicatos que –como ELA y LAB- decidan evadirse de ese compromiso por motivos ideológicos;
3.- Gestión eficiente de los recursos, mediante dos iniciativas keynesianas:
a) inversión pública en infraestructuras, como la Y ferroviaria y el aceleramiento de los planes de carreteras, adelantando inversiones,
b) construcción de VPO doblando el presupuesto destinado a las mismas e incentivando el alquiler (medida ésta novedosa en nuestra cultura de la propiedad privada).
Y otras iniciativas transformadoras como la apuesta en I+D+i:
c) en innovación y conocimiento, que resuelve innovado mediante la cooperación: la cooperación entre las empresas, las instituciones, los ámbitos territoriales y los sectores público y privado; la internacionalización de la innovación como forma de asociar y atraer talento; un diálogo vertebrador de ciencia, tecnología, innovación y sociedad. Para esto propone fortalecer el sistema universitario, donde la vocación investigadora se demuestre creando condiciones adecuadas para que cualquier investigador de cualquier país del mundo tenga cabida en nuestras universidades; el reconocimiento de nuestros investigadores como líderes tecnológicos; el apoyo a las empresas innovadoras; y la creación de un entorno más proclive a la innovación,
d) las personas como eje para el desarrollo en Euskadi, a los efectos de revertir la actual situación de exportación de talentos. López se planea retenerlos (y lo plantea como su prioridad) y atraer personas de fuera que aporten sus conocimientos a nuestra sociedad. A los efectos se compromete a crear un programa donde empresas, centros educativos e Instituciones Públicas sean capaces de diseñar un itinerario de inserción laboral para los jóvenes, a los efectos de que, antes de que transcurran 6 meses desde que terminen sus estudios, tengan una oferta de trabajo en Euskadi, con una duración de al menos un año, con el objetivo de que sigan formándose y adquiriendo conocimiento en el País Vasco;
4.- Apoyo decidido a la industria vasca, para que incremente su competitividad, destinando un porcentaje importante del I+D+i a las mismas: internacionalización, potenciación de las ingenierías actuales y fomento de nuevos grupos internacionales de ingeniería, incremento del nivel tecnológico de nuestros productos, y financiación a proyectos serios que posibiliten la creación de nuevas empresas de contenido tecnológico;
5.- Plan de impulso al crecimiento demográfico, mediante una política para la familia, políticas de emancipación de los jóvenes y políticas donde la inmigración sea vista como una oportunidad y nunca como un problema;
6.- Compromiso irrenunciable del Partido Socialista para que la crisis no la paguen los de siempre, los que menos tienen, para lo que se propone una actuación del sector público que vele para que los derechos y necesidades de las personas más necesitadas estén cubiertos.

En definitiva, frente a una perspectiva reactiva, que intenta poner parches o soluciones puntuales como paliativos a las consecuencias de la crisis, Patxi López apuesta por una política proactiva, que interpreta la situación como una oportunidad para avanzar hacia una posición mejor que la anterior, alcanzando niveles superiores de calidad de vida.
Siendo conciente de los puntos fuertes de la economía y la industria vasca, puntualiza también sus debilidades -competencia creciente de las economías emergentes, importancia de los precios energéticos y de materias primas en nuestra estructura de costes, costes salariales relativamente altos, y (a mediano plazo) los más que probables problemas para cubrir nuestros puestos de trabajo-.
Pero insiste en que la economía vasca puede más, apostando por una solución concertada entre el Gobierno Vasco y el Gobierno de España para la negociación de la transferencia de las Políticas Activas y la búsqueda de la solución más beneficiosa en la concurrencia del I+D+i. “No se puede gobernar ni la economía ni el país echando permanentemente la culpa a Madrid de todos nuestros males y lavándose las manos de lo que son nuestras propias responsabilidades. Por eso, frente a la tensión yo exigiré cooperación. Y sobre todo, Buscaré dar al país el sosiego político que su economía necesita”.

lunes, 6 de octubre de 2008

ALFONSÍN


Por: Alfredo Leuco / PerfilMe equivoqué


“Ojo con tocarlo a Raúl / lo banca el pueblo / y por eso señor Presidente / decimos presente por cien años más.” Esa era una de las consignas esperanzadas que más cantaban los jóvenes de la Coordinadora allá por 1983, en el renacer de las instituciones después de la maquinaria de la muerte que instaló el terrorismo de Estado. Era la utopía del momento. Cien años más de democracia eran posibles. En eso estamos. Cien años más de Raúl Ricardo Alfonsín eran sólo una expresión de deseos.Esta semana, el ex presidente, rodeado de sus seis hijos y veintidós de sus nietos, exhibió la dignidad de sus 81 años. Pero también, la fragilidad de su salud. Con tozudez de gallego, un bastón de apoyo y el afecto de la gente que lo quiere, está combatiendo a un maldito enemigo llamado cáncer. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó que ese homenaje se hiciera en vida.Es muy doloroso decirlo, pero todos son conscientes de que la muerte está acechando a ese hombre honrado que puede caminar con la frente alta por las calles. “¡Al-fon-sín, Al-fon-sín!”, coreaban sus viejos muchachos del sub-60 con más canas y kilos y mucho menos pelo. Tal vez ésa sea la más maravillosa música que se lleve en sus oídos. Tal vez la imagen de ese salón en paz y en convivencia, lleno de radicales, peronistas y socialistas, sea la última y mejor postal que recuerde de esa Casa Rosada que lo vio librar sus batallas más difíciles. Entre esas paredes, Alfonsín mezcló fortalezas y debilidades. Aciertos corajudos, como el juicio a las juntas, cuando todavía muchos temblaban frente a un uniforme. Y errores terribles, como aquel “Felices Pascuas, la casa está en orden”, frente a la sublevación carapintada que desembocó en las leyes de impunidad.En 1987 escribí junto a José Antonio Díaz un libro que fue el más vendido del año. Se llamó Los herederos de Alfonsín. Investigaba la historia oculta, el poder y el mito de la Junta Coordinadora Nacional. Florecía la primavera democrática y había voracidad por conocer quiénes eran aquellos jóvenes salidos de la cantera de la Franja Morada, hermanados en un congreso junto a la laguna Setúbal. Algunos medios se preguntaban sin ponerse colorados: “¿Son los Montoneros de Alfonsín?”. Allí reconstruimos la trayectoria militante de Enrique “Coti” Nosiglia, Federico “Fredi” Storani y Luis “Changui” Cáceres, los tres jefes territoriales. Y también la del grupo de “coroneles” más destacados: Carlos Becerra y Ricardo Lafferrière, además de Jesús Rodríguez, los hermanos Stubrin, Facundo Suárez Lastra y Raúl Alconada Sempé, entre otros.En ese texto que compraron 37 mil personas, arriesgamos una hipótesis desde el título mismo. Y la verdad es que, veintiún años después, con el resultado a la vista, debo reconocer que nos equivocamos. Está absolutamente claro que ellos no fueron los herederos de Alfonsín. Esa estructura poderosa y preparada para la lucha política fue prácticamente barrida después de que Alfonsín resolvió adelantar la entrega del poder y no terminar su mandato. Y a los otros, los pocos que sobrevivieron en los primeros planos de las decisiones, se los llevaría puestos el helicóptero de Fernando de la Rúa. Hoy, si bien siguen siendo hombres influyentes y de consulta, muy pocos tienen cargos relevantes en ese partido que hasta hoy, en Mina Clavero, discutió su destino y el del vicepresidente de la Nación, Julio César Cleto Cobos.Cortando grueso, hay que decir que tampoco se los ha visto desfilar por Tribunales ni tener alguna causa pendiente vinculada a posibles actos de corrupción. Se los ve prudentes, con perfil bajo, sin esas corbatas estridentes ni las camionetas con vidrios polarizados de los nuevos ricos. Ese mandato de honradez en la función pública que viene desde el fondo de los tiempos con Yrigoyen y don Arturo Illia parece ser una de las herencias que Alfonsín dejó. Probablemente no sea el pueblo su único heredero. Tal vez haya que buscar su legado en la honestidad y las ideas.Por eso, su último discurso, el del miércoles pasado en el Salón de los Bustos, va a quedar como su testamento político. Un tributo para los jóvenes que todavía creen que la política es la mejor forma de construir una sociedad más justa. En ese testamento, Alfonsín dijo que la política no es sólo conflicto, que también es construcción. Delicado en las formas, fue un claro mensaje al matrimonio Kirchner. Como decir que las palabras “enemigo” y “traidor” deben extirparse del diccionario republicano. Hay adversarios. Hay dirigentes que piensan distinto. Hay debates calientes y apasionados. Pero no debe haber enemigos entre los argentinos, para que no nos devoren los de afuera.Alfonsín también dijo que, desde que él asumió, no hubo ni habrá más presidentes de facto. Tiene autoridad para decir “Nunca más”, junto al ex fiscal Julio Strassera, quien lo acompañó en el homenaje. Alfonsín fue el partero del período democrático más prolongado de la historia, el que estamos navegando con miserias y grandezas, y que nos permite seguir construyendo esa bandera peronista llamada justicia social que todos queremos en el marco de esa bandera radical llamada libertad que todos necesitamos.Alfonsín miró con cierta desconfianza esa escultura destapada por la Presidenta. No sólo porque apenas se le parece. Sin pelos en la lengua, planteó que no hubiera aceptado ni permitido que se tomara como un halago a su persona. Que lo valoraba como un mensaje hacia la democracia. Ese es otro de los tesoros que le deja a su descendencia: el rechazo visceral hacia cualquier culto al personalismo. “Sigan a las ideas y no a los hombres”, dijo, como siempre dice.Las ideas nunca defraudan. Las ideas nunca traicionan. Las ideas no se matan ni se mueren. Las ideas sí pueden gritar presente por cien años más.