domingo, 24 de enero de 2010

PATXI


EUSKADI POLITIKADA:
Aquellos que intentamos realizar praxis política en este país partimos -desde nuestro último encuentro suspendido por los motivos ajenos a mi voluntad, que algún día explicaré más detenidamente- de novedades nada secundarias y que precisan de unas reflexiones. Estas nos permitirán no tener que redundar en los futuros encuentros que sostengamos en este espacio global.
Tras las últimas elecciones autonómicas el PNV obtuvo más votos en la suma de los tres errealdes, pero no los suficientes para impedirle a un PSE-EE con sus mejores resultados electorales de su historia, gobernar en solitario tras suscribir un pacto de legislatura con el PP. Ese pacto permitió la investidura como lehendakari de su Secretario General y candidato Patxi López Jn.
A finales del año pasad, la legitimidad de origen del Lehendakari López había sido cuestionada inicialmente en el debate de investidura por EA, Aralar y algunos sectores del PNV (los “michelines” ligados a Egibar y Arzalluz). Sin embargo un partido con una más que demostrada vocación de gobierno como es el nacionalista vasco, no ha podido mantener durante mucho tiempo ese cuestionamiento, ya que sería como cuando cuestionaba en la época del Lehendakari Ibarretxe la legitimidad del Estatuto de Gernika que -a su vez y paradójicamente- constituía el pacto social que legitimaba el origen democrático de su Gobierno.
Estando así las cosas, el PNV pactó en las Cortes de España la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2010 con el PSOE, y en Euskadi acordó con los y las socialistas un Pacto Presupuestario para todas las instituciones. La suma de estos pactos con el Pacto de Legislatura reseñado en el apartado anterior, concluyeron en hito en la historia política reciente de España y de Euskadi: ante una grave crisis económica que afecta a ambas naciones, partidos políticos de los ámbitos estatal y autonómicos, uno en el oficialismo (el PSOE / PSE-EE) y otros en la oposición -pero con la aspiración más que legítima (en un sistema político de democracia representativa como el que nos damos en estos países) de pasar a ser oficialismo de manera democrática- como son el PP y el PNV, acuerdan la mayor estabilidad presupuestaria jamás conocida desde 1978 y 1979 respectivamente.
El Gobierno socialista en Euskadi, su capital Vitoria-Gasteiz, y Donosti; y los gobiernos nacionalistas de las tres Diputaciones Forales y la mayor capital provincial (Bilbao) no tienen pues ninguna escusa para no ejecutar los programas de investidura que les permitieron acceder democráticamente al poder.
La ejecución de esos programas -todo hay que decirlo- está condicionada por factores externos -la UE y España en políticas de sus respectivas competencias y las dichosas competencias no-transferidas-, y externos -la absurda negativa del PNV a que una competencia estatutaria como es la política activa de empleo no sea transferida, mientras reclama (a su vez) la transferencia de aquellas que en su día no quiso o negoció no transferir en el Pacto de Madrid (política penitenciaria, por ejemplo)-. Deberá también el PSE-EE y su Lehendakari / Secretario General Patxi López ser contundente ante el Gobierno español para defender esa transferencia que nunca debió estar sujeta a una negociación presupuestaria. Pero todo este análisis y explicaciones deberán darlo los candidatos de los partidos cuando seamos convocados y convocadas a las urnas a partir del año próximo. Como viene siendo a lo largo de toda nuestra historia y como no podía ser de otra forma, el único partido político presente en todos estos pactos es el PSOE / PSE-EE.
Hasta principios de 2011, el PSE-EE y el PNV (el primero con la necesaria lealtad del PP) deben dedicarse a gobernar tras unos objetivos claros que explicitaron en los años 2007 y 2009; y ya de paso, el PSOE debiera hacer lo mismo a nivel estatal. Esa actitud y no otra es la que nos sacará más pronto que tarde de la crisis y permitirá transformar el modelo de acumulación capitalista actual -basado en el ladrillo- por una economía más sostenible basada en la I+D+i.
Este camino es el que debe recorrer la izquierda y el nacionalismo democráticos, vascos y español, para ser juzgados los próximos tres año en las en urnas.

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