lunes, 1 de marzo de 2010

PSOE

BISMARK, KEYNES, LA CRISIS DE LA GLOBALIZACIÓN NEO-LIBERAL Y LA SOCIALDEMOCRACIA EN ESPAÑA:

En otro artículo ya señalábamos cuando nos referíamos a las propuestas económicas del actual Lehendakari Patxi López, que la izquierda democrática debiera prestar atención a algunos indicadores económicos que les suelen ser ajenos al FMI y al Banco Mundial. Hoy, por ejemplo, nos podríamos referir al "Misery Index", ideado por el economista estadounidense Arthur Okun -quien fuera consejero del presidente Lyndon Jhonson en la década de los 60- y que se obtiene de la suma del ratio del desempleo con el correspondiente a la inflación, traduciéndose el incremento de ambos indicadores macro-económicos en "costes económicos y sociales para un país". En ese sentido, España ha alcanzado el año pasado el índice de miseria del 19,63% desde el 15,31% del 2008, ya que, a pesar de la reducción de la tasa de inflación hasta el 0,8% frente al 1,4; el paro español se ha disparado en un año al 18,83% cuando era del 13,91% en el 2008 -año en que negábamos la crisis y soñábamos con el pleno empleo-. Podríamos extendernos comparando la miseria española con el índice de países como Letonia, Lituania, Irlanda, Marruecos, Colombia, México y la tan vapuleada economía griega (con índices de miseria inferiores al nuestro); o India (con un 22,29 %), Sudáfrica (29,5%), Egipto (23%) y Turquía (21,19%), superando en miseria a España; pero debiéramos en ese caso señalar que de estos cinco últimos países, únicamente el índice de miseria de India ha crecido más que el de España, mientas que Sudáfrica y Venezuela han logrado importantes reducciones en ese año.

Se nos puede cuestionar legítimamente que el caso español es muy diferente a algunos de esos países con los que acabamos de compararnos debido a la fortaleza de un Estado Democrático y Social de Derecho (o Estado de Bienestar) . Sin embargo, veremos luego que esta afirmación es la que -a pesar del reconocimiento y la protección por el Congreso español a instancias del Gobierno socialista de José Luís Rodríguez Zapatero de derechos de última generación como el de la dependencia en el contexto de ese Estado de Bienestar- está hoy cuestionada con la presentación por el mismo Gobierno de su Proyecto de reforma del sistema de pensiones y el retraso de la edad de jubilación, tan contestado por la izquierda y la totalidad del sindicalismo.

Pactos como los de la Moncloa:

Sin duda, al Gobierno socialista le sería más fácil adoptar medidas para salir de la crisis reforzando su economía mediante la transformación radical de su modelo de acumulación capitalista hacia una economía más sostenible, si contara con actores políticos que, junto con los sociales y los económicos que lo vienen reclamando e impulsando, se avinieran a un Pacto de Estado semejante a aquellos que se dieron en nuestra transición, referentes políticos en Madrid para Albert Ollés ("Vuelve la transición", El Periódico, 15-02-2010). "La difícil situación que vive el país a causa de la crisis" (…) ha llevado al Gobierno de Zapatero "a ser comparado con la última etapa de Adolfo Suárez. El pacto de Estado que algunos reclamaban, bebe sus fuentes en los Pactos de la Moncloa e incluso el Rey ha entrado en escena. El broche lo han puesto los sindicatos con la fecha" (…) de las primeras y más importantes manifestaciones "contra la reforma de las pensiones: 23-F".

Y como lo que queremos evitar es otro intento de golpe de Estado (en este caso, económico) como ya han sufrido otros presidentes progresistas como el argentino Raúl Ricardo Alfonsín (UCR) en 1988, la izquierda democrática política y social debe dejar clara su voluntad de pacto, independientemente de la mezquindad que caracteriza a la derecha populista del Partido Popular.

Estado de Bienestar y keynesianismo:

Como la socialdemocracia defiende tradicionalmente las políticas económicas keynesianas y la actual Vicepresidenta económica Elena Salgado se ha definido en artículos de prensa tanto de socialdemócrata como keynesiana, debemos realizar nuevamente algunas puntualizaciones -siempre de la mano del Catedrático Waldo Ansali y el Comité Provincial de Buenos Aires de la UCR-. El Estado de Bienestar nace a finales del Siglo XIX impulsado por el conservador Bismark en Alemania para minimizar los efectos políticos del SPD (Partido Social Demócrata); y justamente lo hace dando nacimiento a un sistema de pensiones que antepone el bienestar de un sector de la clase obrera (sus jubiladas y jubilados) sobre la caridad cristiana que se ocupaba de esas cuestiones hasta las luchas de clases.

Lord Keynes y otros economistas dieron nacimiento a sus políticas para frenar las consecuencias catastróficas de la primera crisis financiera mundial (el Crack de 1929) y -en otro ciclo de depresión- con la creación del Banco Mundial tras la Segunda Guerra Mundial; lo que viene a demostrar, por una lado, el carácter cíclico de las crisis de las finanzas como la actual y, por el otro, que las políticas keynesianas vienen a enfrentar esas crisis financieras -con gran eficacia- y que el Estado de Bienestar puede funcionar perfectamente (como de hecho ha sido durante los primeros 30 años del Siglo XX) sin keynesianismo.

Sin embargo -y en esto debemos ser claros y contundentes- no se conocen casos de keynesianismo en política económica sin Estado de Bienestar en políticas públicas. Y esto se debe a que, tradicionalmente, la socialdemocracia ha asumido la necesidad de compatibilizar ambas políticas.



Por todo esto, debemos decir claramente tras las masivas manifestaciones de la clase obrera por las calles españolas liderada por sus sindicatos de clase (CC OO y UGT), que nuestro Gobierno debe retirar su propuesta de reforma de las pensiones y retraso de la edad de las jubilaciones hasta los 67 años ya que se enfrentan claramente el espíritu del Pacto Social y de Estado necesarios para salir de esta crisis desde la izquierda democrática, y atacan las simientes del Estado de Bienestar y de la socialdemocracia.

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