miércoles, 31 de marzo de 2010

DIANAS 2

CUIDADO CON EL DEDO A LA HORA DE APUNTAR:

 

Lo primero que –estoy persuadido- debo hacer tras el primer comentario que recibiera a mi artículo anterior es realizar dos rectificaciones (una de forma y otra de fondo) y una aclaración. He cometido el error de publicar dos veces el comentario al mencionado artículo con lo que aparecen tres comentarios cuando, en realidad, el mismo solo ha merecido –de momento- el primer comentario anónimo y el segundo (el mío) aclarando algunos conceptos a mi interpelador/a. Por otro lado, es cierto que no toda confluencia de intereses constituye de por sí una alianza o frente; pero en este caso, siendo un grupo de partidos y corporaciones los que apuntan al Juez Baltasar Garzón con el dedo no veo la concepción conspirativa que el comentarista atribuye al primer artículo aquí publicado sobre la “diana”.

Esta idea se refuerza por el hecho de que esos partidos y corporaciones comparten valores e intereses: un nacionalismo bastante fundamentalista –algunos, como la Falange o la Conferencia Episcopal, propios del nacional-catolicismo españolista; otros como Segui y la banda terrorista de tipo etnicista radical; todos igualmente autoritario-; y la defensa de la propiedad privada (en algunos casos como el del PP o la CEOE de forma también fundamentalita) a los efectos de conservar sus intereses de clase, subvirtiendo el valor social que la Constitución de 1978 otorga a ese derecho. Ya podrá decir la emisora de los obispos que la religión católica comparte esa misma concepción en su doctrina social, pero bien sabemos quienes son los/as que comulgan de la mano de Mons. Camino o Mons. Rouco Varela. Y dirán desde la auto proclamada “izquierda abertzale” (un oximoron) que se enfrentan radicalmente al capitalismo, pero ya sabemos que Sabino Arana y sus seguidores de la mano de los jesuitas y los carlistas han sido quienes más se han empeñado desde el bizkainismo de aquel hasta el zazpirak bat en acallar los conflictos sociales para sustituirlos en Euskadi por la “cuestión nacional”.



Y aclaro, dicho todo esto, que me alegro que mi artículo generase el objetivo deseado: provocar a la reflexión y el debate para evitar las dianas fáciles sobre aquellas personas e instituciones que ponen sus vidas en peligro para defender el Estado Social de Derecho en este país. Ese era el objeto de las provocaciones que el artículo contenía de forma conciente.

Y ahora, otra “diana”: el viernes pasado, escuchando la tertulia de Concejales de Vitoria-Gasteiz en la Radio SER me pillé un buen cabreo cuando el Sr. Antzon Belakortu (EA) –con el que mantengo una correcta relación personal a pesar de nuestras obvias diferencias políticas- señalara con su dedo (cada vez más cercano a las dianas del Gara por la alianza entre su partido con el nacionalismo radical etnicista) a un vecino de esta ciudad, argumentando que pretendía crear una Asociación de Vecinos ligada al PSE-EE y paralela a la que patrimonializa su amiga la Sra. Pakita. Ya me sentí en una situación similar en uno de los barrios nuevos gasteiztarras al presidir Pasabidea, pero –que duda cabe- Zabalgana no se puede comparar con Abetxuko, un barrio-pueblo que se emplaza en otro pueblo grande que una mayoría de vecinas y vecinos intentamos convertir en una ciudad que merezca llamarse “Capital de Euskadi”. Desgraciadamente, mi enfado se vio confirmado y a los pocos días el vecino en cuestión fue señalado en los pasquines de las dianas en ese barrio.



Espero que Antzon –que en su día colaboró en gran medida desde su Grupo Municipal con nuestra Asociación- sea capaz de rectificar en las formas (pidiendo perdón al vecino en cuestión) y en el fondo (el trillado debate del tranvía en Abetxuko: los barrios nuevos pedimos que ahora venga hacia nosotros y se aleje del centro de aquel pueblo). Caso contrario, este Concejal abertzale se equiparará con el PP que fue quien me puso a mi en la diana.

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